¿Te has preguntado cómo sería tu vida si tomaras el control de tu dinero y de tus decisiones? Independizarse es un gran paso para cualquier mujer, pero también es el inicio de nuevas responsabilidades que pueden asustarnos. No podemos dejar que ese miedo nos consuma. Este es tu momento de tomar el control y construir una vida financiera sólida, libre y poderosa.
Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, en el último trimestre de 2024 se demostró que el 57.5% de las mujeres peruanas mayores de 18 años cuentan con una cuenta bancaria, lo que refleja un avance significativo hacia su independencia económica y la igualdad de oportunidades.

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Primeros pasos
Lo primero es dejar atrás cualquier culpa o miedo que puedas tener sobre el dinero. No necesitas ser experta en economía, solo estar dispuesta a aprender. Haz una lista clara de tus ingresos y egresos. Saber cuánto entra y cuánto sale es el primer paso para empoderarte, así evitarás hacer gastos innecesarios.
Crear un presupuesto es esencial. Diseñarlo con intención significa que tú decides en qué gastas, por qué lo haces y qué valoras. Incluye gastos esenciales, como el alquiler, comida y servicios, pero ten en cuenta también un presupuesto para darte tus ‘gustitos’: un libro, una salida con amigas o ahorrar para ese taller que tanto quisiste realizar. No se trata de restringirse, sino de priorizar lo que te hace bien.

La necesidad de ahorrar
El dinero te da opciones, y para eso son los ahorros. Empieza con metas pequeñas como ahorrar el 10% de tus ingresos o guardar el equivalente a un mes de gastos. Verás como poco a poco ese monto pequeño irá creciendo mientras realizas otras actividades. Marsha Sinetar, pionera en la educación, nos dice: “Haz lo que amas y el dinero llegará”.
Ahorrar no es solo guardar ese dinero que nos sobra, es un acto de autocuidado financiero. Tener ahorros no significa que estés esperando lo peor, sino que te estás preparando para lo mejor: tomar oportunidades, cambiar de rumbo, viajar, emprender, o simplemente dormir tranquila. Es decirte a ti misma: “yo también merezco estar tranquila, preparada y libre para tomar decisiones”.

Investiga y pregunta
Invertir en uno mismo implica acciones que mejoran el bienestar personal y profesional, como adquirir conocimientos y habilidades. La educación financiera es crucial en este proceso, ya que permite tomar decisiones informadas sobre el manejo del dinero, lo cual es esencial para alcanzar metas y mejorar la calidad de vida.
Empoderarse también es informarse. Hoy existen canales, podcasts y cuentas creadas por mujeres para mujeres, donde se habla de dinero. Aprende de otras que también están en este camino y no dudes en hacer preguntas a amigas, pareja o familiares sobre temas económicos. Compartir experiencias, errores y aciertos fortalece nuestra relación con el dinero.

Invierte en ti
Invertir no siempre significa comprar acciones o terrenos. También significa pagar por aprender algo nuevo, mejorar tu espacio o rodearte de personas que te impulsan y te hacen bien. Invertir en ti es la mejor estrategia financiera a largo plazo. Ir a terapia también es una inversión financiera inteligente, porque evita que tomes decisiones impulsivas por ansiedad o miedo, algo que muchas veces afecta tu economía.
¿Comprarte ese labial te hace sentir poderosa? Recuerda que puedes darte tus ‘gustitos’. No todo lo que inviertes en ti tiene que ser productivo. A veces, simplemente es para reconectar contigo misma y eso es completamente válido. No necesitas justificarlo si te hace sentir bien.

Independizarse es una oportunidad única para construir tu camino financiero con seguridad y consciencia. No se trata solo de sobrevivir con lo que tengas, sino de vivir bien, con autonomía y con orgullo por cada decisión que tomes.
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